No hace falta ser Einstein para comprender que en tanto niños como en adultos que nunca habían tenido la posibilidad de acercamiento a este animal existe cierto "miedo" debido por supuesto al gran tamaño que presentan y sin dejar de lado que su curiosidad sobretodo en edades más jóvenes les hace parecer inquietos.
La realidad es que nuestros animales están muy acostumbrados al contacto juguetón que pueden darle los más pequeños y al miedo que pueden conservar algunos "mayores" y por esa razón tratan con cuidado esos primeros instantes en los que la persona adquiere confianza para disfrutar del cariño que puede ofrecer. Aunque no siempre nos encontraremos con caballos "agradables", seguramente "resabiados" por algún mal dueño, se encuentran miles de relatos de diferentes profesionales del sector que hablan de "inteligencia" en el caballo. Esto es debido entre otras muchas cosas a la diferencia del resto del mundo animal en la ayuda hacia al humano. De una manera u otra todos ellos parecen comprender el estado anímico de cada persona que se cruza con ellos y en consecuencia actuar según sus necesidades.
Como ya hemos explicado en el blog, un gran ejemplo sería la equinoterapia o hipoterapia en la que pacientes con recientes derrames cerebrales consiguen mejorar el equilibrio y su rehabilitación gracias a su montura.
Si no habéis tenido la posibilidad de contacto con un caballo de manera cercana lo que encontrareis será un primer acercamiento en el que el animal observará tu postura, energía y algo tan importante para ellos como es el olor. Nosotros recomendamos siempre la tranquilidad, no realizar movimientos bruscos que puedan asustar al equino y no presentarse ante él con olores fuertes de perfume o similar; dado que aunque a nosotros nos parezca lo contrario, para ellos es algo realmente desagradable y antinatural, por lo que nos hace parecer aún más ajenos a su mundo. Por supuesto, es de aprovechar su glotonería y si " acudimos a la cita" con una zanahoria o un terrón de azúcar, es más que probable que la amistad surja al momento.
Respecto a su comportamiento físico, dependerá del animal, pero siempre nos observará de frente en una distancia mas "segura" utilizando esta postura (visión binocular) para calcular datos como la distancia a la que os encontráis o vuestro tamaño. Seguidamente en la aproximación girará el cuello (visión monocular) para acertar de una manera mas detallada todos vuestros datos.
Debemos tener en cuenta los movimientos que realiza en general con patas, cabeza y cola ya que nos ayudarán de una manera única a interpretar su sentimiento. Aunque no debemos confundir esa "curiosidad" que contábamos al principio, en la que el animal nos olisquea y nos da vueltas a veces incluso dando pequeños empujoncitos de jugueteo, con un comportamiento inquieto o desagradable en el que por ejemplo podría golpear fuertemente el suelo o cualquier objeto cercano con los cascos en señal de protesta.Nuestro tacto resultará agradable para ellos y una vez conocido lo solicitarán de igual manera dando golpes a todo, protestando esta vez, como lo haría un niño.
En la naturaleza,la gran riqueza de su mundo emocional les hace tener como decimos curiosidad por todo lo novedoso, de tal modo que investigarán cualquier imagen u objeto nuevo que aparezca en su campo visual, aunque la primera sensación sea miedo. Esta curiosidad deriva del impulso de explorar el entorno con el fin de buscar agua, alimentos, compañeros o cobijo, así como la necesidad de detectar las señales de peligro. Han desarrollado un sentido de cautela frente a las novedades y sobre todo a los movimientos rápidos como los de los depredadores, que estimulan el sistema nervioso.
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