lunes, 16 de marzo de 2015

El CABALLO en la Antigua ROMA

Los caballos que usaban los romanos no eran exactamente de la morfología y tamaño de los actuales. Los equinos de hoy en día son más altos, fuertes y bonitos que los que poblaban la Europa de hace dos mil años.

El caballo romano era más parecido al asturcón, del norte de España, aunque también quedan otros ejemplares en algunas regiones europeas. Tenía la alzada de unos escasos 1,50m, miembros cortos, sólido cuerpo, pelo largo y cuello robusto. Son animales recios, duros, que comen relativamente poco para su peso y capaces de aguantar largas marchas al trote sin cansarse en demasía y un carácter difícil. 

Los caballos actualmente han ganado en alzada y prestancia pero han perdido resistencia y dureza o fuerza, pues al tener, las patas más largas y finas, son más delicadas para realizar determinados trabajos. Además al ser más altos, el centro de gravedad del animal también es más alto, repercutiendo  esto negativamente al realizar maniobras.
El caballo romano también sufría incovenientes, sobre todo debido a la corta alzada, pues no servía para arremeter contra la infantería.

Los romanos además no herraban a sus caballos por lo que no podían transitar por caminos pavimentados. Las sillas de montar no llevaban estribos, pues este invento debe llegar desde China a Europa, y aún en esa época no lo había hecho. La principal diferencia con las actuales es que el material que se solía usar era la madera y además tenían cuatro pomos posiblemente muy útiles para que el jinete pudiese aguantar un fuerte galope sin estribos. 


Los entrenamientos se realizaban en el patio de armas. Allí los soldados aprendían a montar y desmontar con toda su armadura y las armas, al principio se practicaba con un caballo de madera. Se les enseñaba a galopar en formación cerrada, practicando la persecución y la retirada, a saltar fosos y setos, a vdear ríos nadando con sus monturas, a galopar cuesta arriba y cuesta abajo, y a manejar las armas a caballo, tanto jabalina como la lanza o la espada. El patio de armas solía encontrarse fuera de acuartelamiento. EL suelo era de tierra apisonada, para no dañar a los caballos.


Muchos de los datos que hoy en día se conocen de la cultura equina de la antigua Roma, es gracias al descubrimiento de los restos arqueológicos de un fuerte de caballería en Krefeld (Alemania) dónde se encontraron 31 esqueletos de caballo del ejército Romano. (cómo curiosidad a esta historia os contaremos que las hembras de los asturcones y sus hermanos ponys tienen colmillos a diferencia de las yeguas actuales.

LOS CARROS TIRADOS POR CABALLOS EN ROMA
Las carreras de carros eran uno de los deportes más populares de la antigua Grecia y Roma. Solían ser peligrosas para jinetes como para los pobres caballos, quienes con frecuencia sufrían accidentes. 
Este deporte generaba un fuerte entusiasmo en los espectadores comparable al actual automovilismo. Algunos de los aspectos de la organización de las carreras de carros se equiparaban a las actuales prácticas en deportes profesionales. En las carreras de carros, según el estilo romano, los equipos estaban formados por los diferentes grupos que la financiaban, compitiendo a veces por los servicios de los conductores más expertos. Estos equipos tenían un gran apoyo por parte de los espectadores, lo que en ocasiones provocaba disturbios entre los seguidores de los diferentes equipos. 


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