jueves, 29 de enero de 2015

La psicofisiología del caballo (parte 1.El ojo)

La psicología equina está ligada a determinados caracteres fisiológicos, en particular a la vista y el oído. Si se ignoran estas particularidades, se corre el riesgo de que ciertas reacciones del cabalo resulten incomprensibles e incluso de que representen una fuente de conflictos para el jinete.

1.EL OJO:

Los ojos del caballo, contrariamente a los del hombre, están colocados lateralmente, lo que confiere al animal un campo de visión monocular muy amplio a cada lado.
Por el contrario, esta posición sólo permite un campo de visión binocular muy restringido (unos 30 grados aproximadamente): ahora bien; la visión binocular resulta necesaria para la apreciación de las distancias y para la evaluación del relieve de un objeto dado ( un obstáculo, por ejemplo).
El caballo puede percibir entonces un objeto situado detrás, mientras que el jinete no lo ve.

(amarillo claro:monocular/
amarillo oscuro: binocular)


Si dicho objeto intriga al caballo, para apreciarlo mejor lo hará entrar en su campo de visión binocular. Para ello, como mínimo doblará el cuello en esa dirección y cómo máximo desplazará todo su cuerpo. Para evitar esta reacción, se acostumbra a poner anteojeras a los caballos; en los de carreras, ocasionalmente, en los de tiro o enganche, sistemáticamente.

Es importante saber, además , que el caballo tiene una visión muy buena en una oscuridad relativa o absoluta. Aunque numerosos especialistas hayan asegurado que el caballo no distingue los colores, es evidente que reacciona ante ellos según su intensidad y vivacidad, en el salto de obstáculos un caballo suele superar mediocremente ciertos obstáculos debido a su color, en cambio, no parece distinguir bien el color blanco.

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