jueves, 29 de enero de 2015

HISTORIA.El antecesor del caballo

Antes de que Darwin perfeccionase su teoría de la evolución, todo lo que los criadores de caballos sabían acerca de el origen de este animal era lo que se narraba en la historia de Noé y el Arca. Como conclusión lógica, la especie Equus caballus tenía un origen único. El mismo Darwin fue poco innovador a este respecto ; al intentar demostrar sus principios evolutivos y el origen de las especies por selección natural, aludió a los sucesivos antecesores de los equinos como si todos descendiesen de un linaje común.

La única teoría predarwiana que todavía merece alguna consideración es la de Hamilton Smith, quién postuló que Equus caballus procedía de una serie de especies salvajes. Creía que estas se diferenciaban principalmente por el color de la capa, lo que explicaría el amplio espectro de coloraciones actuales. Esta parte de su teoría, sin embargo, es indefendible a la luz de los conocimientos que poseemos hoy en día.

Cuando se descubrió el caballo de Przewalski en 1881, se le reconoció como el único antecesor de los caballos domésticos, con lo que se venía a apoyar, una vez más, la teoría del origen único.

A principios de siglo, esta teoría tan difundida comenzó a tambalearse gracias a los descubrimientos de J. Cossar Ewart, de Edimburgo. Dicho investigador efectuó una serie de experimentos de hibridación con équidos en Pennicuik, localidad cercana a la mencionada capital. Las conclusiones que obtuvo, junto con los resultados de su estudio sobre caballos y ponys `primitivos´de Gran Bretaña y otros países, se encuentran admirablemente recopiladas, en un artículo publicado en Nature.

Fue Ewart quién acuño la expresión `pony celta´ para designar una de las subespecies de equino salvaje antecesoras del caballo doméstico.
A otra subespecie norteña, mas vigorosa, la denominó caballo escandinavo o del norte. Clasificó a si mismo a otros antepasados, como el caballo salvaje de mongolia, Equus przewalskii, y dos de porte algo superior al de pony, una acarnerada y otro de perfil recto, a las que no dio nombre. No incluyó en una raza aparte los tipos de árabe y derivados creyendo que eran sólo los repreentantes más orientales del `cline´, cuyos ejemplares mas occidentales sería el Exmoor y el pony galés. De todo ello se deduce que Ewart creía que la distribución geográfica de estas razas era muy extensa y suponía que dos o mas de ellas coexistían en la misma región.

Todavía abundan los partidarios de la escuela que postula la existencia de un antepasado común, sobre todo entre los estudiosos de la psicología equina, ya sean profesionales o aficionados, que tratan de explicar el comportamiento de esto animales por referencia a las situaciones a que estuvo expuesto el antepasado salvaje. Siempre se trata de un mismo tipo de antecesor, que se alimentaba exclusivamente de yerba y habitaba en un inmensa pradera, sin montañas ni bosques visibles que  la delimitasen.

Desde nuestro punto de vista, los estudiosos de la prehistoria del caballo mas coherentes , lógicos y bien informados son los seguidores actuales de Ewart (ellos además cuentan con la ayuda de radiología y técnica de adaptación
por carbono 14.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario